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Podemos empezar este relato del OFF ROAD en Colombia, diciendo que en el mundo, un
fenómeno político fue la causa que generó la necesidad de tener vehículos todo terreno; estoy
hablando de la Segunda Guerra Mundial, y es precisamente en el desembarco de Normandía
cuándo las tropas aliadas estrenan el JEEP, usándolo como vehículo para transporte de munición y
tropas, también los hubo artillados, otros destinados a carros con equipos médicos provistos de
camillas a los lados, igualmente botadores de humo para camuflar la tropa y hasta anfibios,
proyecto que duró poco pues se hundían….
Esa fue la versión militar denominada el MA3, fabricada por la Willys Overland y copiada, pues en
honor a la verdad el MA3 fue una copia mejorada del Bantam BR40 del año 1.940, convirtiéndose
el Willys en el precursor y el primero seguido de la versión civil que llegó a nuestra patria hacia el
año 1.948.
Después de esta breve introducción puedo llegar a la conclusión sin temor a equivocarme que los
precursores del OFF ROAD en Colombia, fueron aquellos aguerridos finqueros que encontraron en
este versátil vehículo el mejor sustituto de la mula.
Pasan los años y el uso de JEEPS, cómo genéricamente se les denominó sin importar la marca, fue
tomando fuerza en regiones cuya topografía exigía la máxima tracción, estoy hablando de
Antioquia, el viejo Caldas, norte del Valle, Tolima y llanos orientales y de igual forma tomaban
fuerza los importadores que desde lejanas tierras japonesas, rusas, rumanas ,europeas
especialmente españolas y con bastante timidez una versión brasilera, al igual que las americanas
colmaban las vitrinas de los concesionarios por un lado y por otro como fue el caso de los rusos,
rumanos y españoles se canjearon por café, ahí que los comités de cafeteros, e inclusive otros
gremios agrícolas ofrecieran Gas, Carpati, Land Rover Santana y Comando Viasa para la venta.
También los hubo de ensamble local, como fue el caso del Gipsy ensamblado en Colmotores bajo
la marca Austin en la década del 60, campero de origen inglés cuyo paso efímero no dejó historia
y las versiones JEEP con el comando a la cabeza, el CJ4, CJ5 y el CJ6 de cabina larga ensamblados
por Leonidas Lara e Hijos, en la calle 13 de Bogotá.


En la década de los años 70 se da inicio a las competencias TODO TERRENO, a lo mejor motivadas
por aquellos pioneros de nuestro automovilismo deportivo que usaron algunos camperos para
participar en rallys a lo largo de nuestra geografía, circunstancia que motivó a algunos propietarios
de camperos, con el auspicio de un concesionario de Jeep a efectuar la primera o una de las
primeras competencias OFF ROAD en circuito en el extinto parque de la Calera, coronándose
campeón un Jeep Comando motor V6 seguido de un bicho raro denominado Munga de la DKW,
marca de la Alemania Oriental con motor de 3 cilindros, y dos tiempos.
No había finalizado la década y un grupo de entusiastas de los Jeep y de los pequeños camperos
Suzuki y Daihatsu empiezan a imponerse retos como pasar de un lado a otro el caño canalizado de
la calle 127 en Bogotá, grupo conformado entre otros por Eduardo Carreño, , Miguel Martínez,
Santiago Rojas, Mauricio Acosta y Rodrigo Echeverri, quienes tocaron las puertas del antiguo
autódromo Ricardo Mejía para hacer en ese escenario una competencia de trial en 4 llantas. Es así
como Enrique Mejía gerente del autódromo ve el potencial de estos jóvenes y los invita a
conformar un club de automovilismo deportivo y es así como en el año de 1,979 nace el CLUB
SALTAMONTES 4X4, siendo su primer presidente Enrique Mejía y el primer club 4×4 del país.

Ya como club, regido por estatutos generan los reglamentos y nace la modalidad Trial
Saltamontes, disciplina que se ha venido practicando hasta el presente en las categorías Stock y
libre principalmente, teniendo como escenario natural los alrededores de la ciudad de Guatavita
en Cundinamarca, sin que dejara de visitar las ciudades de Pereira Villavicencio, Bucaramanga,
Armenia, Santa Marta, Villa de Leyva, Melgar y Sutamarchán Boyacá dónde también se
efectuaron competencias ya regidas por la Federación Colombiana de Automovilismo Deportivo,
entidad de la cual el club es socio desde el año de 1.987
Por razones laborales me traslado a vivir a Villavicencio situación favorable para llevar las
competencias desde el año 85 hasta el 89, y es allí precisamente en el año de 1.988 cuando
haciendo los preparativos para la competencia encuentro que el invierno ha sido crudo y que la
práctica del trial se haría imposible, decidí hacer una competencia en un óvalo en tierra con una
buena dosis de agua y con una variante importante, ya no se trataría de una competencia de
habilidad, sino de velocidad donde el ganador sería el equipo que en menor tiempo realizara el
recorrido.


Fue tal la aceptación de esta nueva modalidad, que esa semilla sembrada en territorio llanero dio
como fruto el CAMPER CROSS, cuyo primer campeonato se efectuó al año siguiente en las
instalaciones del autódromo de Tocancipá, resultando como ganador el equipo de Llano Camper
de Villavicencio a bordo de un Chevrolet Trooper.
En el año 1.993 el club organiza junto con la Escudería Colombia con el timonel de Álvaro Vargas
la primera copa monomarca de Camper Cross, con la marca Lada y su conocido campero Lada
2121, coronando campeón al equipo de Carlos Samuel Olarte y Alejandro Soto.
A lo largo de todos estos años el Camper Cross se ha visitado las ciudades de Manizales, Girardot,
Bucaramanga, Villavicencio, Santa Marta, Villa de Leyva, Bogotá y en el momento de escribir esta
crónica se encuentra activo y preparándose para la cuarta válida del presente campeonato.
Me parece importante agregar que el referente del automovilismo 4×4 en nuestro país ha sido el
club Saltamontes 4×4, pues después de más de 40 años de actividad continua ha servido de faro a
otros clubes entre los que debo destacar a Paisas Trochando de la ciudad de Medellín, y a
numerosos grupos de entusiastas a lo largo de nuestra patria.

Por Julio Cesar Mejia